Las quejas constantes dentro de un equipo de trabajo pueden afectar incluso el rendimiento de todo el grupo, debido a que podríamos llegar a evidenciar disminución en la calidad y productividad laboral. Aunque no puedes controlar lo que hacen otras personas, es posible evitar que la negatividad afecte tu propio trabajo y ayudar a tus compañeros a que les afecte menos.
Todos hemos tenido al menos un compañero que no parece tener nada positivo que decir. Ponerse al tanto de las causas por las cuales se queja podría ayudar a cortarlo de raíz, ya que con frecuencia cuando las personas tienen miedo de algo, recurren a las quejas para mitigarlo, por lo que llegar conocer las razones y ayudar a alivianar algunos de los temores puede moderarlas. En este caso, es recomendable mostrar empatía y tratar de ser amable, algunas veces, las personas solo necesitan descargar los sentimientos negativos y alguien que esté dispuesto a escucharlos o a ayudarlos en caso de ser necesario; por ejemplo, si las quejas de tu compañero son regularmente por el exceso de trabajo, trata de elogiar las labores que realiza para darle un giro positivo a la situación.
Sin embargo, en muchos de los casos las personas que viven permanentemente inconformes necesitan “audiencia” y el hecho de darles trascendencia, hará que aumente su necesidad de lamentarse; así que en muchas situaciones permitirles desahogarse no eliminará el problema, sino que lo reforzará. En esta posición, es indispensable establecer algunos límites con este tipo de personas y, para lograrlo, se aconseja:
Ahora, conociendo las opciones que tenemos para sobrevivir a un compañero quejumbroso, no dejes que te quite la energía y ve a ponerlas en práctica.
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Daniela Henao Díez
Psicóloga
AlfaPsicología