La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
Para la empresa un bajo desarrollo de las habilidades pondrá en riesgo su capacidad competitiva puesto que los problemas emocionales de sus trabajadores bloquean su iniciativa, su creatividad y su deseo de asumir nuevos retos.
Para evitar estos efectos nocivos las organizaciones tienen la posibilidad de crear condiciones psicosociales que favorezcan la expresión de los sentimientos y las emociones y emprender acciones de capacitación destinadas a desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo y no solamente las capacidades técnicas. Adicionalmente, pueden incorporar la variable emocional en los procesos de selección de personal, procurando vincular personas que muestren un adecuado equilibrio entre la razón y la emoción.
La inteligencia emocional se divide en 5 partes:
Conocimiento de las propias emociones: consiste en la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece para dirigir mejor su vida.
Capacidad de controlar las emociones: es una habilidad básica que permite controlar nuestros sentimientos y utilizarlos en el momento preciso.
Capacidad de motivarse: consiste en saber utilizar el potencial existente para poder conseguir resultados sobresalientes y ser más productivo y eficaz
Reconocimiento de las emociones ajenas: saber ponerse en el lugar de los demás, esto es lo que se denomina empatía, para comprender pensamientos y sentimientos que no se hayan expresado verbalmente.
Control de las relaciones: al estar en contacto con las demás personas es importante que este sea el trato adecuado, como así también de reconocer los conflictos y de saber solucionarlos.
En muchas oportunidades se puede presentar una misma situación o inconveniente, sin embargo, un aspecto que puede generar una gran diferencia es la actitud con la cual cada persona puede reaccionar, ya sea positiva o negativamente, lo cual puede denotar el carácter y lograr forjarlo aún más, para permitirse superar las dificultades, apersonarse de los errores que pueda cometer y seguir adelante.
El campo del manejo emocional ha demostrado ser fundamental como parte de las habilidades de un líder y de cualquier directivo de empresa.
Beneficios de la Inteligencia Emocional para las Organizaciones:
Permite el desarrollo de competencias clave para el éxito laboral: realización de sí mismo, felicidad, optimismo, confianza, asertividad
Disminución de ausencias por enfermedad: un estado emocional positivo mejora los parámetros de funcionamiento fisiológico de los colaboradores
Ayuda a que los Líderes tengan mejores herramientas para tomar y manejar procesos de decisiones difíciles.
Permite la disminución de los conflictos, ayudando a la expresión adecuada de emociones y sentimientos
Mejora los servicios de atención a clientes, ya que favorece la empatía y el manejo adecuado de las relaciones interpersonales
Sin lugar a dudas, la inteligencia emocional es un aspecto a fortalecer y motivar en nuestros colaboradores, sin importante el tamaño de nuestro negocio o que actividad económica realicemos, esta capacidad puede ser utilizada tanto con los clientes como con los compañeros y jefes. Y para ti ¿qué tan importante es?.
Ana María Hoyos Jaramillo
Auxiliar Administrativa
AlfaPsicología
Abril 11 de 2019